“las cosas que importan más, nunca deben estar a merced de las que importan menos.” Goethe
El esfuerzo perfecto hace referencia a dedicar nuestra energía a hacer lo que realmente es importante para nuestro negocio. ¿Cómo es la planificación de tu tiempo? ¿Estas haciendo el esfuerzo perfecto? ¿Logras hacer las cosas correctas?
Dicen los expertos que para tener éxito hay que hacer las cosas correctas correctamente. Parece una verdad de Perogrullo, pero conozco muchos líderes de negocios que se han pasado una jornada ocupadísimos y al final del día se encuentran cansados y, lo que es peor, insatisfechos porque no ven resultados proporcionales a su esfuerzo, esto es porque no han podido identificar cuál es el esfuerzo perfecto.
viejos paradigmas
¿Has sentido la frustración de haber dedicado gran parte de tu tiempo en realizar muchas cosas que no agregaban valor?
A menudo invertimos nuestro tiempo en realizar muchas cosas y si nos manejamos con los viejos paradigmas de hacer todo hoy y además hacerlo perfectamente, sin duda que estaremos siempre muy ocupados y sobre todo en cosas urgentes, porque caemos en la trampa de creer que las cosas urgentes también son importantes y no suele ser así.
¿De qué sirve ocuparse en hacer perfectamente una tarea si esa tarea no es la adecuada?
¡Hacer perfectamente algo innecesario es ser excelentes en perder el tiempo!
¨La eficiencia es hacer las cosas bien. La eficacia es hacer las cosas correctas» – Peter Drucker¨
La mayoría de las cosas roba tiempos son urgentes, pero luego nos damos cuenta que eran del interés de otras personas y nada o poco tenían que ver con nuestras prioridades.
Invertimos nuestro tiempo en realizar muchas cosas sobrevenidas, y caemos en la trampa de creer que por ello somos efectivos, pero en realidad nos estamos dedicando a apagar fuego, estamos atrapados en el cuadrante de lo urgente, dejando de lado la planificación.
¿Te has puesto a detallar en qué se divide tu jornada? Cuánto dedicas a reuniones, realizar informes, cuánto dedicas a tareas administrativas, a asuntos comerciales, a atender imprevistos, a responder correos electrónicos, revisar redes sociales. ¿Sabes qué consume la mayor parte de tu tiempo?
¿Por qué lo que haces no impacta en tus resultados?
inviertes mucho tiempo y energia pero no logras los resultados que deseas
En mi experiencia, son tres lo motivos principales:
- Trabajar para otros:
La mayor parte de nuestra jornada laboral la utilizamos en trabajar para otros y no me refiero a trabajar por cuenta ajena. Sino a reaccionar a demandas de empleados, compañeros, socios, personas que interrumpen nuestra labor e invaden nuestra planificación previa para que atendamos sus peticiones con inmediatez. Es decir, ponemos por delante las urgencias de terceros en detrimento de las tareas que teníamos planificadas.
Al final de la jornada tienes dos sensaciones contrapuestas:
Agotamiento por que no has parado ni un segundo y frustración por que no has hecho lo que tenías que hacer.
“Dedica más tiempo a la acción y menos a la reacción”
Planifica las tareas importantes, las que agregan valor a tu negocio, para evitar que se vuelvan urgentes y cumple lo planificado.
- Hacerlo perfecto, aunque perdamos oportunidades
Nos encanta destacar en lo que hacemos. Por ello invertimos tiempo en perseguir la excelencia durante la ejecución. Recuerda que lo perfecto es enemigo de lo bueno.
No me malinterpretes. Te animo a seguir ejecutando con excelencia. Mi desacuerdo radica en que la excelencia no puede significar la búsqueda de la perfección.
Buscar la perfección en todo momento nos lleva a agotar un tiempo valioso. ¿Y realmente lo logramos? ¿Existe lo perfecto?
La excelencia es lo mejor de lo posible hoy. La excelencia es conseguir hoy lo mejor con los recursos actuales.
No sirve de nada ser perfecto mañana porque eso significará un costo de oportunidad, llegaremos tarde. ¿De qué le sirve a un fabricante hacer el mejor paraguas si luego tendrá que comercializarlo en verano?
“deja atrás la perfección y persige la excelencia”.
- Cumplir con una lista de tareas interminable:
Existe la creencia de que ser efectivos es cumplir con nuestra lista de tareas. Y sucede que cada día la sobrecargamos más y nos estresamos por esa sensación de impotencia por no poder bajarla a cero.
¿Todo lo que tienes pendiente de hacer es realmente indispensable? ¿Debes hacerlo tú o hay alguien más que pueda encargarse?
Y si no lo haces, ¿Qué ocurriría? ¿Afectarías a otros? ¿impactaría los resultados? ¿Afectaría la planificación?
Si al evaluar a tus tareas con estas preguntas te encuentras que para muchas de ellas la respuesta es que no afecta los resultados y que sí hay alguien que puede encargarse en tu lugar, entonces elimínalas de tu lista.
La lista funciona si solo contiene tareas que si las dejaras de hacer se afectaría la rentabilidad de tu negocio. No obstante, con seguridad todavía te quedaran muchas actividades pendientes.
Ahora probablemente tu lista tendrá dos tipos de tareas:
- Las que son clave porque impactan directamente en tus resultados
- Otras que no están vinculadas con tus resultados, pero tienen que hacerse.
identifica las tareas clave que requieren tu esfuerzo perfecto
Generalmente dedicamos más recursos (tiempo y energía) a realizar las tareas del segundo tipo, sin embargo, no te pido cambios drásticos. Te invito a reservar una pequeña porción del tiempo que dedicas a tu negocio/empresa. Por ejemplo, el 20% de tu jornada laboral, solo el 20%.
El 80% de tu tiempo restante dedícalo a las actividades que consideras que tienes que hacer, aunque no impactan tu negocio.
Si enfocas ese 20% en las acciones adecuadas, las tareas clave que tienen un impacto real en tus resultados, comprobarás que éstos trascenderán tus objetivos.
Solo si dedicas el 20% cada día a esas tareas, ¡ese es el esfuerzo perfecto!
¡Pero eso sí, no negocies tu 20% por nada, ni con nadie”!
De esta forma comprobarás que con solo planificar las actividades de alto impacto en el negocio y dedicarles ese 20 % de tu tiempo diariamente, conseguirás resultados verdaderamente asombrosos.
Ahora te estarás preguntando ¿cómo identificar ese 20% de acciones de alto impacto en tus resultados?
¡Ahí está la clave! Necesitas conocer el método.
Me encantará acompañarte en este pequeño pero potente cambio en tu forma de actuar.
Un auténtico placer. Abrazos
Fran
