Para muchas personas, el emprendimiento es una consecuencia de las frustraciones en sus trabajos actuales, pérdida del mismo o necesidad de cambio en sus vidas.
Los trabajadores por cuenta ajena que se convierten en emprendedores porque no están a gusto en sus trabajos, suelen arrastrar consigo mismos algunos problemas relacionados con sus puestos de trabajo, tanto emocionales como mentales, y siguen con la misma actitud que tenían cuando trabajaban para una empresa.
Esta actitud, hábitos o comportamientos que podrían funcionar bien en un puesto de trabajo dentro de una empresa, no suele funcionar tanto en el emprendimiento.
A veces pensamos que el mejor producto, un buen servicio, una gran idea, estar bien posicionados en el mercado son factores que determinarán el éxito de un negocio.
Y creemos que tener un producto mediocre, un servicio no tan bueno, un mercado débil o una mala idea, son recetas para el desastre.
Si observamos a los grandes emprendedores de éxito, todos (o la gran mayoría) empezaron sin absolutamente nada.
Durante todos estos años como consultor he visto cómo empresas crecían en condiciones difíciles, cuando parecía improbable crecer en medio de una crisis. Y por otro lado, he visto cómo otras empresas que tenían el viento a favor, acababan en la ruina.
¿Sabes qué es lo que marca realmente la diferencia?
Las personas.
Los empresarios que hay detrás de esas compañías y las decisiones que toman.
Por lo tanto, no hay negocios que tengan éxito o negocios que fracasen. Hay personas que tienen éxito y personas que fracasan.
El éxito en el emprendimiento tiene que ver con la decisión de tener éxito
Aquella idea que abandonaste, una antigua amistad que has perdido, ese libro que quisiste escribir, ver el partido de fútbol de tu hijo o pasar el sábado trabajando… todo esto es el resultado de la decisión de tomar la decisión correcta.
Tomar la decisión correcta es importante, pero lo que de verdad lo cambia todo es tener la determinación para decidir cuáles son las decisiones correctas.
Sólo cuando tomas una decisión y pasas a la acción es cuando te mueves hacia delante.
De lo contrario todo se queda en deseos, proyectos, ideas que nunca (o raras veces) verán la luz. Nada sucede por quedarse pensando.
Todo el mundo quiere ser millonario pero muy pocas personas se ponen a trabajar para conseguirlo.
Para que te hagas una idea, las estadísticas nos dicen que sólo el 0,9% de la población mundial son millonarios.
Hay emprendedores que esperan a que las condiciones sean las mejores para tomar las decisiones correctas, pero no se dan cuenta que corren el riesgo de quedarse bloqueados, de ahí el famoso concepto “parálisis por análisis”.
¿Cuánta gente acaba tomando decisiones por inercia? ¿O porque es lo que los demás hacen?
Te cuento algo.
Cuando estudiaba en la Universidad la mayoría de mis compañeros quería terminar la carrera y entre sus objetivos estaban o trabajar para otros en una empresa o hacer una oposición.
Claro que habían más opciones.
Pero era lo que veían en su entorno y lo que la mayoría hacía.
A veces cuando vemos a algún emprendedor de éxito, pensamos que ha tenido suerte, o que tenía dinero y todo le ha venido de cara, pero como he dicho antes, la mayoría empieza sin nada.
Te habrás encontrado cientos de veces con gente que se queja de su jefe, de su trabajo, de su ciudad, de su entorno, de su país, de los políticos, de las leyes… pero de lo que no se dan cuenta estas personas es que son ellas las que pueden cambiar de rumbo en cualquier momento, pero claro, es mucho más cómodo seguir quejándose y echar la culpa a los demás o a factores externos fuera de nuestro control.
De esa forma al echar la culpa a la situación tú no eres responsable de lo que te suceda. Prefieres pensar que tus malos resultados son fruto de la situación y sobre los cuales tú no tienes ninguna responsabilidad.
Los emprendedores de éxito suelen ser responsables de sus acciones. Persiguen ser más productivos, más creativos y hacen lo que haga falta para adaptarse a las circunstancias con tal de hacer que las cosas sucedan.
Si quieres tener éxito como emprendedor, tienes que cambiar tu mentalidad y eliminar por completo la idea de que tienes opciones limitadas.
Mira, ¿ves eso?
La puerta está abierta y no hay ningún guardia vigilando. Puedes salir de esa prisión imaginaria que has creado en tu mente cuando quieras.
Deja de pensar que ciertas opciones son sólo para gente con determinada educación, situación financiera o títulos. Vale, no vas a poder ser abogado o astronauta de la noche a la mañana por mucho que quieras serlo.
¿Pero qué te impide tener tu propio negocio?
¿O ganar tanto dinero como quieras?
Nadie dice que sea fácil y sinceramente, tampoco quiero que lo sea, porque de lo que se trata es de todo lo que se aprende durante el camino.
Prepárate para los momentos duros, a convivir con el estrés, aquel que te dijo que no lo ibas a conseguir…
No dejes de intentarlo por los errores que cometas. Eso no va a determinar tu éxito.
Si eres capaz de luchar por lo que quieres de verdad y haces lo que tengas que hacer para conseguirlo, la recompensa es mucho mayor que esos pequeños fracasos que hayas podido tener y que son parte del aprendizaje que obtendrás en tu camino.
Por si quieres formar parte de una comunidad de emprendedores altamente motivados, con ganas de luchar por sus ideas y marcar una diferencia, puedes echarle un vistazo al Club de Líderes.
Aquí encontrarás herramientas, estrategias y técnicas para ayudarte a conseguir tu máximo potencial.
Tus acciones de hoy, los resultados de mañana.
Fran Rodríguez
