Si hay algo que diferencia a las personas con éxito del resto, es la habilidad de concentrarse en un objetivo y trabajar duro para conseguirlo.
Es más fácil hablar sobre la capacidad de adquirir el compromiso necesario para alcanzar los objetivos que ponerse a hacerlo.
Pero si te fijas en las personas de éxito, deportistas, empresarios, artistas, escritores, todos ellos han pasado por eso.
Todos tenemos algo por lo que levantarnos cada día, algo que alcanzar y por lo que luchar. Pero aún así, ¿por qué algunos están dispuestos a hacer lo que sea necesario para lograrlo y otros no?
La respuesta está en estas tres claves: Pasión, Perseverancia y Paciencia.
Estas tres claves son determinantes para potenciar tu productividad y seguir luchando por tus sueños y objetivos.
Y en este post vamos a hablar de cómo influyen cada una de estas tres palabras en nuestra productividad y habilidad para conseguir nuestras metas.
Pasión
Si observas con atención, te darás cuenta de que tu productividad está directamente relacionada con la pasión que sientes por las tareas que tienes que hacer o por los resultados que quieres conseguir al llevar a cabo esas tareas.
A menudo, muchas de las cosas que posponemos o que nos cuestan, son las que menos nos apasionan y las que menos nos motivan.
Pero las que nos hacen levantarnos cada mañana con energía, y sentir ese fuego dentro de nosotros, son las que nos permiten estar concentrados durante más tiempo y hacer que sucedan.
Más pasión = Más concentración
Y más deseo y ganas para aumentar las probabilidades de lograrlo.
Dicho esto…
¿Qué podemos hacer para aumentar nuestra pasión?
No es una pregunta fácil.
Por mi experiencia, esto es algo que tiene que nacer de uno mismo, y lo hará con el tiempo si el objetivo es importante.
Una técnica es mantener esa idea en el centro de tus pensamientos, cada día, cada minuto.
No hace falta que sea un gran objetivo, puedes empezar con una acción pequeña que marque una diferencia.
Cuando de forma consciente mantienes esa motivación que tienes en el centro de tus pensamientos, y la prolongas en el tiempo, llegará un momento en el que será imposible de ignorar. Y crearás esa inercia que necesitas para empezar a hacer que las cosas pasen para acercarte a ese objetivo.
Una vez empiezas a moverte en esa dirección, acabarás acercándote.
¿Quieres abrir mercado en otro país? Empieza estudiar el mercado de ese país, haz un DAFO para conocer tus debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades. Reúnete con gente que ya esté haciendo negocios en ese país. Viaja si puedes y sumérgete en su cultura. Imagina cómo cambiará tu vida y tu negocio si empiezas a vender en ese nuevo mercado.
Si después de concentrarte durante tanto tiempo en algo, no te hace sentir ese fuego interno, mejor dejarlo ir cuanto antes y pasar a otra cosa.
Encuentra lo que es.
Está ahí esperando.
Perseverancia
Imagina que te hablo sobre un proyecto apasionante y te digo que tan sólo va a requerir de un día de trabajo. Probablemente te entusiasme la idea y te subas al tren.
Si te hablo de otro proyecto, pero este dura una semana, puede que me sigas diciendo que si.
Si en vez de una semana, durase un mes… bueno, ya te lo empiezas a pensar.
Pero si te digo que va a llevar un año… ¿aceptarías sin pensártelo?
Ahora piensa en esto:
Cualquier cosa que merezca la pena, cuesta tiempo y esfuerzo conseguirlo
Lo que determina que consigas tu objetivo o no es tu habilidad no sólo de empezar con la idea, si no de persistir después de ese subidón inicial.
Ser capaz de trabajar en todos los frentes, en todas partes, apagando fuegos… para conseguir tu objetivo. Esa es la parte dura.
La mayoría es incapaz de mantener la motivación en el tiempo.
¿Pero es una cuestión de que no has elegido bien tu objetivo? ¿O es necesario desarrollar el músculo de la persistencia?
¿Quieres saber cómo puedes desarrollar la persistencia?
Haciendo las pequeñas acciones bien. En el largo plazo. Haciendo sólo una cosa a la vez, y haciéndola cada día pase lo que pase hasta que ayude acercarte cada vez más a tu objetivo.
Lo que está claro es que sólo podemos avanzar un paso a la vez. Y que cada paso nos vaya acercando a nuestro objetivo.
Paciencia
Habrás escuchado cientos de veces eso de que Roma no se construyó en un día.
Sin embargo, pasamos por alto su significado.
En un mundo en el que todo cambia a la velocidad de la luz, es normal ser impaciente y frustrarse cuando no se consigue hacer todo lo que te gustaría hacer.
Pero ser paciente y consciente de que necesitas estar ahí cada día aunque las cosas no salgan como te gustaría, es la clave.
“El agua horada la piedra no por su fuerza, sino por su constancia”
Ser capaz de volver al día siguiente y hacer lo que tienes que hacer, es determinante.
Estas tres claves de las que hemos hablado, Pasión, Persistencia y Paciencia son necesarias para potenciar tu productividad y hacer que tus sueños se puedan convertir en realidad.
Sin estas tres claves, estarías construyendo castillos sobre la arena.
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Tus acciones de hoy, los resultados de mañana.
Fran Rodríguez
