Dependiendo en el momento de la temporada en el que se encuentre un atleta, tendrá unos objetivos muy diferentes.
No es lo mismo si se está preparando para una competición que tendrá lugar dentro de unos meses, como si está en una fase de preparación física para hacer frente a una prueba importante que será dentro un par de años.
Marcarse unos objetivos ambiciosos y bien definidos es importantísimo.
Y al igual que hacen los deportistas dependiendo en la fase en la que se encuentren de la temporada, los negocios y los emprendedores también pasan por diferentes fases.
Si estás pensando en emprender y nunca lo has hecho, ¿es recomendable tomar como ejemplo Amazon?
Sería como si nunca has jugado al Tenis y de repente quieres jugar la final contra Nadal en Roland Garros.
Entonces, dependiendo de en qué fase estés con tu negocio, tendrás que ir marcando una hoja de ruta con objetivos para el corto, medio y largo plazo.
Y aquí en este artículo te voy a mostrar como lo haría un deportista con su entrenamiento, para que lo veas de una manera más sencilla y lo puedas poner en práctica en tu negocio.
Cuando elaboramos un plan estratégico para nuestro negocio, es fundamental que tengamos en cuenta los objetivos a corto, medio y largo plazo.
De esta manera, nos permite tener una mejor visión global de los objetivos que queremos alcanzar y sobre todo tener algo muy en cuenta, el tiempo en el que lo vamos a alcanzar.
Esto es importante.
Ponerse una fecha para lograr un objetivo nos permitirá medir los resultados que estamos obteniendo para llevar a cabo las acciones necesarias y saber si nos estamos alejando o acercando a nuestra meta.
A veces, nos planteamos un nuevo reto, o nos gustaría cambiar nuestra situación pero no lo establecemos dentro de un plazo.
¿Y qué pasa?
Que queda en el aire, como si fuese un sueño que queremos que se cumpla pero sin responsabilizarnos demasiado de lo que tenemos que hacer para lograrlo.
Ese “algún día” en realidad no está diciendo nada.
Por ejemplo, si quieres cambiar tu situación laboral y te gustaría emprender un nuevo negocio pero no te pones una fecha para conseguirlo, en realidad no estás siendo específico.
Sin embargo, si te planteas que de aquí a dos años dejarás el trabajo que tienes para hacer la transición y trabajar a tiempo completo en tu proyecto, todas y cada una de las acciones que hagas irán dirigidas a alcanzar ese objetivo.
La parte inconsciente de tu cerebro trabajará para no dejar cabos sueltos y cuando llegue el momento no te sientas como que vas a saltar al vacío.
Por eso es tan importante la temporalidad a la hora de marcar las diferentes fases de un negocio.
¿Pero cómo definir y estructurar los objetivos? ¿Cuánto tiempo debería abarcar cada una de las fases?
Los objetivos los vamos a dividir en tres fases.
Objetivos a corto plazo, a medio y a largo plazo.
Para ello, vamos a empezar a estructurándolos empezando por el largo plazo y después iremos acortando las fases hasta llegar a cómo planificar nuestro día a día.
Los deportistas se refieren al largo plazo como macrociclos de entrenamiento.
Y pueden abarcar desde una temporada, dos o tres, dependiendo de la modalidad deportiva y la meta a alcanzar. Puede ser una competición a nivel mundial el año que viene, una olimpiada dentro de tres años o un campeonato a nivel nacional en junio.
En este fase o macrociclo de entrenamiento, tenemos que responder al QUÉ.
Qué es lo que queremos conseguir.
Y al igual que en los negocios, esta fase suele tener un horizonte temporal de entre uno a tres años.
Poniendo como ejemplo lo que hablaba antes, si tu objetivo es hacer una transición de tu trabajo actual al emprendimiento en dos años, este sería tu objetivo y tendrías que llevar acciones a cabo que te ayuden a acercarte a esta meta.
Ahora vamos a hablar de los objetivos a medio plazo.
Aquí, un deportista estaría hablando de mesociclo y se centraría en definir bien los objetivos dentro de una misma temporada.
En este caso, dividiría la temporada en varios mesociclos, pudiendo ser trimestrales o mensuales.
Estos objetivos nos permitirán marcar una hoja de ruta para que nos guíe y así alcanzar los objetivos que tenemos en el largo plazo o macrociclo.
Dentro de estos mesociclos, habrán pruebas o competiciones a modo de preparación que nos permitirá comprobar si el plan que estamos siguiendo nos está acercando al objetivo que tenemos en el largo plazo.
Podríamos decir que es todo lo que va a suceder durante una temporada.
En el mundo de los negocios, esto respondería a un año de planificación y aquí, podemos tener diferentes objetivos.
¿Qué es lo que quieres conseguir en este año? ¿Mayor visibilidad? ¿Más clientes? ¿Ganar autoridad? ¿Cuántos clientes más buscas tener este año respecto al año anterior? ¿Más suscriptores?
Dependiendo de lo que quieras conseguir, tendrás que analizar si las estrategias que estás siguiendo te están acercando a esos objetivos que te has marcado o si por el contrario, te están alejando.
Recuerda que lo que no se puede medir, no se puede mejorar.
Y ahora por último, vamos a hablar de los objetivos a corto plazo.
Esto es lo que un deportista entendería como microciclo.
Y aquí entran en juego todas las acciones, entrenamientos, lo que pasa en el día a día y semana tras semana, que nos acerque a la consecución de nuestros objetivos en el medio y en el largo plazo.
Todo esto es importante seguirlo si queremos que funcione nuestro plan. La estrategia se irá revisando mensualmente y trimestralmente para conocer los progresos y saber si estamos consiguiendo lo que queremos y vamos por el buen camino.
Aunque los objetivos en el largo plazo sean claros, ambiciosos y estén bien definidos, es importante revisar lo que vamos haciendo en nuestro día a día, en un horizonte semanal y mensual, ya que si no nos está ayudando, tendremos que tomar acción para cambiar la estrategia.
Como ves, de esta manera, podemos estructurar nuestro plan estratégico en nuestro negocio teniendo en cuenta cómo lo haría un deportista.
En vez de limitarnos sólo a pensar en objetivos en el largo, medio y corto plazo, pensamos en fases de entrenamiento.
¿Por qué es interesante esto?
Pues porque al igual que un deportista no tiene el mismo nivel de preparación a principio de temporada que al final, o al principio de un macrociclo cuando se está preparando para una competición importante que será dentro de tres años, y es ahí cuando tiene que llegar con todo, en los negocios pasa lo mismo.
Si estás pensando en emprender o llevas poco tiempo en esto, es importante que te marques unos objetivos claros.
No esperes ser el próximo Amazon y pegar el pelotazo en tu primer negocio y empezar a ganar miles de euros al mes en piloto automático de la noche a la mañana.
Al igual que un deportista necesita tiempo, esfuerzo y mucha dedicación para llegar a ser un experto en su deporte, un negocio y un emprendedor, también pasa por todas estas diferentes fases.
Si te ha gustado este post, compártelo entre tus contactos si crees que les podría ayudar a estructurar mejor sus planes de negocio.
Si además necesitas el asesoramiento de un profesional con experiencia en el mundo de los negocios para ayudarte a definir de manera correcta tus objetivos, puedes ponerte en contacto conmigo aquí.
Si no te quieres perder nada de lo que comparto, suscríbete a la lista de correo y descarga la guía de productividad y gestión del tiempo aquí.
Tus acciones de hoy, los resultados de mañana.
Fran Rodríguez
